En la página del ITE (Instituto de Tecnologías Educativas) nos hablan de los deberes en casa y de su importancia. Os lo dejo para que lo leáis, es interesante.
Francisco Javier Rodríguez Laguía   
Fecha de publicación: 18/05/2007
Fecha de publicación: 18/05/2007
Cuando se empezó a oir de la reforma política y posteriormente     del nuevo Sistema EducativoEducativo surgió un nuevo concepto o forma     de hacer las cosas que era no enviar tarea para casa, es decir, que los chicos     no hicieran deberes como estabamos acostumbrados a ver anteriormente. Surgieron     corrientes en contra de los deberes, oíamos noticias en las que se decía   que los deberes eran antipedagógicos y estaban prohibidos.  
Lo cierto y verdad es que los deberes no desaparecieron.     Los chicos han seguido llevando a casa tarea extra o aquella que no han terminado     en clase quizá por     que en clase se pretendía hacer más de lo que se podía   y había que utilizar tiempo en casa para terminarlos.
Los docentes encuentran como     justificación en los     deberes que son un medio para afianzar aprendizajes y suponen una forma para     integrar y fijar el contenido trabajado. Por tanto, los deberes son un complemento     para las clases porque el alumno puede realizar ejercicios prácticos     correspondientes a los contenidos teóricos de las clases. Vienen a ser     un repaso de la materia estudiada y/o explicada en clase y un factor eficaz   para formar buenos hábitos de estudio.
Los padres, en cambio, afirman     que la responsabilidad de la instrucción de sus hijos debe ser totalmente asumida por los profesores     que son los que están preparados para hacerlo. Por otro lado, no consideran   oportuno que los hijos continúen la jornada de trabajo en casa.
Ambas posturas son correctas, respetables y defendibles.
Actualmente se da una situación posiblemente paradógica y es     que al tiempo que los deberes se “prohibían” surgió una     corriente de actividades educativas paralelas a las que se enviaban a los hijos     (judo, música, danza, idioma, ajedrez, tenis...) basados en la idea     de que había que conseguir esa “educación integral” que     propugnaba la nueva LOGSE. Así las cosas se llegó a una realidad     que hoy día perdura: los niños, en el mejor de los casos, dejaron     de hacer deberes en casa pero las familias llenaron su tiempo de gran cantidad     de otras actividades que les ocupaban sus ratos de ocio y esparcimiento y les     impedían desarrollan otra faceta también interesante y necesaria     que es la social y lúdica. Conclusión: el chico de hoy día     no solo tiene deberes en casa sino también, actividades formativas,     educativas, complementarias, académicas o como queramos llamarlas. Sinceramente, no querría estar en su lugar.
Pero este no es un artículo que se ocupe de las actividades extraescolares     a las que los padres llevan a sus hijos. ya se ocupa de ese tema otro artículo     de esta sección titulado “Yo voy a música...¿y tú?”
Hay que destacar que lo que hace indirectamente el chico, cuando dedica tiempo     en casa a la lectura, subrayado, repaso, pasar a limpio, etc., es crear HÁBITO,     algo que no destaca hoy día. Por desgracia, el estudiante medio de hoy,     no tiene hábito para el estudio. Sabemos que para crear hábito     hace falta tiempo y constancia..., ¿lo tiene el chico de ahora?, ¿se     lo facilitan las familias?, ¿no será que las familias están     demasiado “preocupadas” en buscar actividades y llenar el tiempo     del niño de cosas triviales y se han olvidado de lo fundamental?: dejar hacer, dejar que el chico adquiera autonomía, sepa asumir responsabilidades...
Y es que por otro lado, no nos damos cuenta     que ayudar a los hijos a hacer las tareas escolares, estar con ellos para     poder servir de apoyo, es una forma genial para hacer algo que también falta en la familia y es convivir,     conocerse mutuamente, hablar de problemas o situaciones que se han dado en     la jornada. Son momentos en los que los chicos se sinceran y, cuando hay tiempo     suficiente, hablan más de lo que creemos y cuentan experiencias que     han visto o vivido en su entorno escolar y este hecho, permite a los adultos,     conocer el mundo que viven los hijos y permite, también, un acercamiento (tan necesitado) entre los distintos miembros de la familia.
Hay que apuntar que para ayudar a un hijo a     hacer su tarea no hay que tener un nivel alto de conocimientos de la materia     de estudio. No vale eso de que “yo     no puedo ayudar a mi hijo porque no me acuerdo”; “hace mucho tiempo     que estudié”, etc. Se puede ayudar estando a su lado y hacer otra     tarea en casa, leyendo y dando ejemplo de la importancia de la lectura, preguntando     cuando lo solicite, buscando alguna explicación complementaria en la     gran cantidad de libros de consulta que hoy día hay en casa, interesarse     por la vida escolar del hijo, comentar las tareas de la agenda escolar, ayudar     a planificarlas y estimularle a la terminación y un largo etcétera     de posibilidades que permite colaborar y facilitar la tarea de los chicos siempre que estos la soliciten.
Por tanto, EL TIEMPO DE TAREA en casa DEBE SER PLANIFICADO       Y APROVECHADO eficazmente. El tiempo hay que administrarlo como       un bien preciado y escaso atendiendo a los gustos de los hijos y esto permitirá sacarle       gran partido...¡y hasta habrá tiempo para jugar! Y es que es       muy triste que un niño llegue al final del día y no haya podido       jugar. Eso va contra la naturaleza y un desarrollo armónico de la persona. Es preciso organizar el tiempo y habituar al niño a esto.
 
Me parece genial, tarea, lectura o investigación es necesario para los niños y tambien para los padres, porque asín los padres les dedicamos un rato exclusivamente a ellos.
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